Ubicado junto a Central Park, el Museo Americano de Historia Natural (AMNH) de Nueva York es uno de los grandes referentes mundiales en investigación paleontológica. Alberga una de las mayores colecciones de fósiles de dinosaurios de Norteamérica. Desde el imponente Tyrannosaurus rex hasta el gigantesco Titanosaurio, sus exposiciones dan vida a estas criaturas prehistóricas mediante montajes innovadores y fascinantes interpretaciones científicas.
Un viaje en el tiempo
Fundado en 1869, el AMNH ha liderado más de 100 expediciones científicas de gran relevancia, empezando por la célebre expedición del siglo XIX a Como Bluff, en Wyoming. En la cuarta planta del museo se encuentran las icónicas Salas de Fósiles, que cada año atraen a millones de visitantes. Allí, una impresionante colección de especímenes fosilizados cuenta la historia de la vida en la Tierra a lo largo de más de 65 millones de años.
Interior de las Salas de Fósiles – El paraíso de los amantes de los dinosaurios
El Centro de Orientación Miriam e Ira D. Wallach da la bienvenida a los visitantes con majestuosos fósiles de dinosaurios saurópodos. Cada sala está dedicada a diferentes aspectos de la vida prehistórica, dispuesta de forma cronológica para mostrar la evolución de las especies y cómo se adaptaron a entornos cambiantes a lo largo del tiempo.
Sala de los Dinosaurios Saurisquios
En esta sala se exhibe la extraordinaria diversidad de los dinosaurios saurisquios, desde colosos herbívoros hasta ágiles depredadores. El Velociraptor destaca por su singular estructura ósea y su letal garra en forma de hoz. El imponente esqueleto del Apatosaurus revela cómo estos gigantes sostenían su enorme peso gracias a vértebras especialmente adaptadas. También se pueden observar huellas fosilizadas sobre barro ancestral, que ofrecen pistas sobre el comportamiento social de estos animales, y nidos de huevos que ayudan a entender su reproducción y cuidado parental.
Sala de los Dinosaurios Ornitisquios
Los ornitisquios, con su fascinante variedad de defensas y estrategias alimenticias, protagonizan esta sala. El Stegosaurus, con su esqueleto completo, destaca por la combinación de placas protectoras en la espalda y una cola con pinchos, una mezcla de defensa pasiva y activa. Investigaciones recientes sugieren que las placas también habrían servido para regular la temperatura corporal.
El Triceratops se presenta en diferentes etapas de crecimiento, desde ejemplares juveniles, del tamaño de un perro grande, hasta adultos completamente desarrollados. El más pequeño ya muestra los inicios de la característica cresta y los cuernos, elementos defensivos clave. El cráneo del ejemplar adulto, de más de dos metros, conserva cicatrices que revelan comportamientos defensivos y posibles enfrentamientos con otras especies.
Entre los tesoros de la sala se encuentra incluso una auténtica momia de dinosaurio pico de pato. Su huella fosilizada, perteneciente a un Anatotitan, es uno de los hallazgos más asombrosos en la historia de la paleontología.
Fósiles de dinosaurio imprescindibles en el AMNH
El Tyrannosaurus rex es uno de los ejemplares más impactantes del museo. Con un peso de unas siete toneladas y un cráneo casi completo, esta imponente criatura sigue fascinando a grandes y pequeños. Los estudios biomecánicos permiten comprender cómo se movía y cazaba, mientras que las modernas técnicas de escaneado sugieren que poseía una visión aguda y un olfato excepcional, lo que lo convertía en un depredador sumamente eficiente.
El Titanosaurio, con sus impresionantes 37 metros de longitud, es uno de los dinosaurios más emblemáticos del AMNH. Descubierto en la Patagonia argentina, este coloso herbívoro representa los límites del tamaño de los animales terrestres. Sus huesos presentan estructuras internas ligeras, muy parecidas a las de las aves actuales. El montaje del esqueleto es tan desafiante como espectacular: su cabeza se extiende más allá de la sala, adentrándose en el pasillo, lo que acentúa aún más su asombroso tamaño.
El Allosaurus, por su parte, ofrece una fascinante mirada a las relaciones entre depredadores y presas en el Jurásico tardío. Su esqueleto completo, dispuesto en actitud de caza, muestra heridas cicatrizadas y revela fuertes puntos de anclaje muscular. Sus dientes aserrados reflejan adaptaciones específicas para desgarrar carne, ayudando a los científicos a entender mejor la evolución del comportamiento depredador entre los dinosaurios terópodos.
Evolución y extinción: lo que nos enseñan los dinosaurios
Las Salas de Fósiles del museo narran una epopeya natural: la historia de la evolución, la adaptación y la extinción a lo largo de millones de años. En ellas se puede seguir el desarrollo de los dinosaurios desde sus primeras apariciones en el periodo Triásico, pasando por su dominio absoluto durante el Jurásico y el Cretácico. Las exposiciones muestran cómo estas criaturas pasaron de ser pequeños reptiles a convertirse en un grupo de especies increíblemente diverso, incorporando innovaciones como las plumas o estrategias alimenticias especializadas.
Uno de los momentos clave del recorrido es la gran extinción del final del Cretácico, hace 66 millones de años, que acabó con los dinosaurios no avianos. El museo presenta exposiciones dinámicas que exploran las principales teorías sobre esta extinción, con evidencias del impacto de un asteroide y muestras geológicas que ilustran los enormes cambios medioambientales de la época. Este apartado establece paralelismos con el cambio climático actual, generando una reflexión profunda y actualizada.
También se explora cómo algunas especies lograron adaptarse a las condiciones adversas, aportando pistas sobre la resiliencia y capacidad de adaptación de los dinosaurios frente a los desafíos medioambientales. La muestra culmina con una historia de supervivencia: la de las aves modernas, descendientes directas de los dinosaurios terópodos. Una prueba viva de que, en medio del cambio, la naturaleza encuentra caminos para reinventarse.
Experiencias interactivas y prácticas
El museo convierte la paleontología en una experiencia viva y emocionante gracias a su innovadora Sala del Descubrimiento y a múltiples estaciones interactivas. Podrás tocar fósiles auténticos, examinar especímenes al microscopio y participar en excavaciones simuladas que te harán sentir como un auténtico paleontólogo.
Las estaciones de reconstrucción digital dan vida a especies extinguidas utilizando tecnología de vanguardia. Observa cómo se movían los dinosaurios, cómo podrían haber sido su piel y musculatura, y cómo interactuaban con su entorno. Algunas pantallas utilizan sensores de movimiento para mostrar desplazamientos realistas, mientras que otras, táctiles, permiten explorar su anatomía interna y su biología en detalle.
Exposiciones especiales y funciones rotativas
El museo renueva constantemente sus exposiciones sobre dinosaurios, incorporando muestras especiales que destacan las investigaciones más recientes. Algunas de las más impactantes se han centrado en el papel de las plumas en la evolución de estas criaturas y han presentado especies descubiertas hace muy poco. Además, los proyectos en curso, como excavaciones y estudios de laboratorio, se exhiben mediante presentaciones multimedia, mostrando cómo las nuevas tecnologías están transformando lo que sabemos sobre la vida prehistórica.
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Preguntas más frecuentes
¿Tiene dinosaurios el Museo de Historia Natural de Nueva York?
El Museo Americano de Historia Natural alberga una de las mayores colecciones de fósiles de dinosaurios del mundo. Dispone de salas dedicadas a distintos grupos de estas criaturas prehistóricas, como la Sala de los Dinosaurios Saurisquios y la Sala de los Dinosaurios Ornitisquios, donde podrás conocer en detalle una gran variedad de especies.
¿Qué dinosaurios se exponen?
Las exposiciones de dinosaurios se actualizan con frecuencia para incorporar los últimos descubrimientos científicos y garantizar su conservación y precisión. Aunque algunos especímenes pueden retirarse temporalmente por motivos de mantenimiento, el Barosaurus de la Rotonda Roosevelt permanece en su lugar, dando una majestuosa bienvenida a los visitantes que cruzan las puertas del museo.
¿Hay un T. rex en el Museo de Historia Natural de Nueva York?
Sí. El museo cuenta con un espectacular ejemplar de Tyrannosaurus rex en la Sala de los Dinosaurios Saurisquios. Se trata de uno de los fósiles más completos jamás encontrados de esta especie. Este ejemplar ofrece valiosa información sobre la biología y el comportamiento del T. rex, incluyendo uno de los cráneos más completos conservados, así como señales de antiguas lesiones. Una ventana fascinante al mundo de los grandes depredadores del Cretácico tardío.
¿Cuál es el dinosaurio más grande del Museo de Historia Natural de Nueva York?
El Titanosaurio es, sin duda, el más grande de todos los dinosaurios expuestos en el museo. Mide unos 37 metros de largo y fue descubierto en la Patagonia argentina. Su montaje es tan imponente que su cabeza se extiende hasta el pasillo contiguo, ofreciendo a los visitantes una experiencia visual única para apreciar el colosal tamaño que llegaron a alcanzar los animales terrestres. Esta pieza emblemática pone de manifiesto el compromiso del museo con la conservación y exhibición de fósiles de gran relevancia científica.
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Imagen de cabecera ©AMNH/D. Finnin